viernes, 2 de enero de 2015

¿Y tú, tienes mamá?

" ¡Tú no tienes mamá!, le dice un niño a otro mientras juegan."

¿Y tú? ¿Qué opinas como adulto, como adulta ante esta frase? Cotidianamente esta afirmación, aparece en situaciones entre niños y niñas, entre adultos y adultas en la calle, en la escuela, en el metro... en cualquier lugar.

Yo, desde este lugar en el que ahora me encuentro me quedo pensando...

¡Es tan importante prestar atención a las palabras que pronunciamos! ¡Tan importante observar todo el peso que conlleva este tipo de frases! El mundo evoluciona, todo cambia, el ser humano se transforma y así, va girando y girando y mientras tanto, nos vamos adaptando, eso sí, de momento hay una parte esencial que sigue siendo...

Llegamos a la vida a través de un hombre y una mujer, la vida nos llega a través de un óvulo y de un espermatozoide. Mediante el coito, probeta... sea la forma en la que se decida, es necesario reunir ambas energías. Poder honrar, agradecer, ser consciente que al bebé, al niño o niña le llega ese 50% de su madre, el 50% de su padre y permanecerá en su genética, es un gesto que puede ser relevante para el desarrollo de la persona, si puedo ver y aceptar de dónde me llega la vida, agradecerla, respetarla tal cual me llega, puedo ver mi vida con otros ojos.
Ser consciente que puedo tener dos mamás, dos papás, adoptivos o biológicos... sea como sea, ese instante de vida fue dado por un hombre y una mujer y ambos permanecen en mi, en lo más profundo de mis células, esas que me dieron la oportunidad de existir como ser humano, esas células que decidieron multiplicarse y multiplicarse, ellas sabían dónde colocarse, una fuerza mayor les indicaba cuál era su lugar sin cuestionárselo, simplemente lo sabían, lo saben. Esa fuerza es un movimiento que sin más, actúa, un movimiento guiado desde un amor profundo, desde un amor totalmente incondicional que crea la vida.

¿Y ahora? Después de leer esto, ¿Cambia algo cuando escucho "esta niña no tiene mamá"? Puede que sí haya cambiado, puede que no, de todas formas, todo a su tiempo, sin forzar que deba ser así.

Ahora vamos a hacer hincapié en el peso que tiene esta frase que puede llegar a ser recurrente, sobretodo en escuelas, parques... Si no hay mamá, no hay vida. Si no hay papá, no hay vida. Por lo tanto, si hay vida se tiene sin duda un papá y una mamá que están en mí, porque yo soy gracias a ellos. Por lo tanto si existo, tengo una mamá y un papá que en primer instante me dieron la vida.

Puede que por circunstancias de la vida no puedas vivir con tu mamá o no puedas vivir con tu papá, o que no lo hayas conocido, quizás fuiste adoptada, quizás tu mamá o papá murieron, quizás tu mamá se inseminó porque quería ser mamá y deseaba tu llegada con amor, quizás tus mamás pudieron obtener también semen, o que tus papás te adoptaran.

Sea el caso que sea, esas dos historias de genes se cruzaron, ¿casualidad?. Desde el gran misterio de formación que existe en el Universo, el gran misterio de cómo funciona, de las fuerzas que giran y hacen crear la vida en la forma que es creada, no creo que sea casual.

Y si ahora tú te encuentras leyendo este artículo y te das cuenta que es una frase que escuchas en tu entorno o incluso en tí misma, y decides cambiar tu forma de comunicarte en relación a este tema...

¿Por dónde puedes comenzar?:

Puedo comenzar a ser consciente de que detrás de cada ser humano existe una fuerza femenina y una fuerza masculina que dieron vida y ambas existen en ti. Por otro lado, quedará hablar de la influencia del contexto y otras situaciones que se darán después, de momento, por esta ocasión, nos enfocamos en este artículo en el punto inicial de la vida, de la concepción, del primer instante.

Puedo comenzar a visualizar  o imaginar detrás de cada niño, de cada niña, esa fuerza de su mamá y de su papá detrás de él o de ella, y también todo lo que ha hecho posible que así fuera, todas aquellas personas o eventos que lo provocaron, desde un acto de agradecimiento por la vida.

Si yo soy esa mamá o papá que he adoptado, puedo comenzar a honrar y ver detrás de mi hija o de mi hijo a las personas que le dieron vida con grandeza, porque gracias a ellos, ahora puedo mirar a los ojos a mi hijo, a mi hija. Sea cual sea la historia real de los padres biológicos puedo comenzar a mirarla y darle su lugar tal cual es, pues de esa forma en que fue creada la vida en ese núcleo familiar y todos los acontecimientos que desencadenaron después hicieron posible que yo, hoy, pueda tener en mis brazos a uno de los seres que más amo en mi vida.

Si no puedo honrar de dónde me llega el mayor regalo, le resto fuerza a este movimiento de creación. Le resto fuerza a la Vida misma y como consecuencia puede restar fuerza a mis movimientos en la vida... (laboral, familiar, económico, cualquier proyecto a emprender...)

Honrar y darle lugar a la vida y a la forma en la que ésta me llega es imprescindible para comenzar a avanzar con fluidez.

Mamá y papá están en mi.

Ahora si te ha gustado lo que has leído puedes ponerlo en práctica en ti misma, en ti mismo, dando esa fuerza, imaginando a los que dieron vida detrás de cada persona con la que te encuentres en tu camino, y de la misma forma, detrás de tí puedes imaginar a todas aquellas personas que vivieron e hicieron posible la tuya.