martes, 1 de marzo de 2016

Querido Bert...

Pensé que ya no volvería a verte y el Universo me ha brindado una nueva oportunidad para este reencuentro de amor. 
Como el año pasado, Ávila nos acoge para recibir a nuestro querido Bert Hellinger con sus 90 años de experiencia.
Me siento infinitamente agradecida hacia todo lo que ha hecho posible estar en el mismo espacio-tiempo con él, agradecida a quiénes hicieron posible el evento, a las personas que he conocido, reconocido, a quiénes me han acogido en su casa y corazón y a quiénes no llegué a conocer, a todo lo vivido en estos días dentro y fuera del recinto, al clima, al paisaje...
Gracias.
Durante estos días, una persona fuera del taller me preguntó: ¿Y las Constelaciones Familiares son un trabajo del alma o un trabajo psíquico? 
Quise responder en el momento, entonces me observé expresando con palabras, estaba intentando poner palabras a algo que viene de otro lado del mental. No me sentí cómoda y en ese instante me quedé callada, diciéndome a mi misma, "no tengo por qué seguir por ahí y responder su duda", así que me quedé callada mientras escuché sus comentarios. Después, dije algo parecido a esto, en voz alta: Mis palabras se quedan cortas para expresar lo que el Alma siente, desde mi mente no puedo expresar al Alma. Pienso que expresar qué es el Alma es limitarla, el ser humano limita la grandiosidad cuando quiere encontrar palabras para expresarla.
Así resumiría este encuentro, para mi, maravilloso. Grandioso. Más allá del querer comprender, más allá del querer expresarse y más allá del querer demostrar y de intentarlo, se encuentran las C.F. un encuentro más de movimientos que de palabras, un encuentro donde el Alma percibe y el cuerpo expresa mediante sentimientos. ¿Y las palabras? Las palabras por esta ocasión, no son necesarias.

Cuando ahora desde mi casa pienso en Bert, no sólo llegan las Constelaciones Familiares, me llega  su inmenso amor, su sabiduría, su entrega, humildad, entereza, bondad, firmeza, ternura, su mirada, el movimiento de sus manos, sus palabras... es lo que me llevo, y hace que mi Alma hoy se sienta en paz. 
Aquí lo dejo grabado, para cuando olvide lo que en este instante sale de mi corazón, pueda regresar a este espacio y a este lugar para recordar, ahora sí, con las palabras.