martes, 31 de agosto de 2021

Pérdidas

Pérdidas humanas.
Pérdidas escogidas.
Pérdidas sin elección.
Pérdidas cuando el cuerpo deja de funcionar.
Pérdidas cuando la mente deja de funcionar y olvida. Y nos cogemos de la mano, nos miramos a los ojos pero ya te perdimos hace tiempo a la mitad.
Pérdidas que se celebran con alegría.
Pérdidas que se lloran y lloran y se añoran.
Todas las personas experimentamos pérdidas en algún momento de nuestra vida.
A veces nos preparamos para las pérdidas.
A veces no da tiempo, llega, llega sin esperar.

Pérdidas que duelen con la muerte.
Pérdidas que sin morir, duelen en la vida.
México me enseñó a llegar, a celebrar, a saber quedarme, a saber irme, también a despedirme y a enterrar en la vida y en la muerte.

Sentirás dolor, recíbelo, habla, grita, expresa, busca con quién desahogarte sin juicios.

Sentirás tristeza, abrázala, dale la bienvenida, siéntela sin huir y sin aferrarte. Escúchate, dedícate.

Sentirás miedo, míralo, obsérvalo, siéntelo. Vive con él, permite que te muestre lo que deba de mostrar, crece con él y agradécele, agradece siempre.

Sentirás enfado, temblarán tus piernas o te quedarás sin voz en un mismo grito.

Se cerrará tu estómago, quizás también tú respiración. Tus ojos al contrario, quizás permanezcan abiertos más horas de las necesarias. Tu corazón se acelera.

Negarás, negarás que está sucediendo y crearás un sin fin de posibilidades en recuerdos, en imaginación.

Puede que te derrumbes, que creas que también morirás de dolor.

No estás sola, podrás con todo.
Pasará, todo pasará. 
Pas lo bueno y también lo no tan bueno.

Y a pesar de perder, crecerás, crecerás como nunca antes.

Vivimos en una sociedad que siempre nos preparó para ganar. Poco para perder. Cuando es cierto que todos, absolutamente todos perderemos en más de una ocasión de múltiples formas.

Dedicado a las pérdidas de mi vida que me hicieron aprender, amar y crecer.
Y a las pérdidas que vienen y suceden sin desear perder.





viernes, 18 de junio de 2021

La educación no debiera guiarse por modas. Con eso no se juega: El camino de regreso.


¿Qué quiero decir? 
Te lo empezaré a contar desde mis vivencias.

El ser humano acostumbra a los extremos, es como si siguiera el movimiento de un péndulo.

Recuerdo que en 2005 con magisterio y psicopedagogía terminadas me afirmaba a mí misma: "tiene que haber algo más".
En la universidad por aquel entonces poco o nada se enfatizaba en la inteligencia emocional o en el respeto de los diferentes ritmos de aprendizaje que fuera más allá de la escuela inclusiva. Ni de la etapa primal, incluso desde el embarazo. Sí recuerdo que vimos un poco de condicionamiento psicológico estilo de "supernany" (y aunque nunca me gustó se sigue utilizando todavía).
Estudiamos Montessori, Decroly... a mi parecer desde una visión poco motivadora y superficial, pero sí, lo estudiamos y muy agradecida ¡Menos mal!.
Menos mal también que la universidad se ha ido renovando y transformando desde entonces.
Más adelante profundicé por mi cuenta y me di cuenta que de esta educación recibida de Montessori por ejemplo, rescataba algunas cosas, otras no. Ya iréis viendo que no me caso con ningún modelo pedagógico en concreto. Creo que todos los movimientos educativos tienen aspectos valiosos para mí y también otros aspectos que no me gustan tanto. Así que me quedo con lo que me sirve. (Ojo, lo que no me sirve a mí puede que a tí sí)

Cuando en 2005 empecé a trabajar en la escuela infantil me di cuenta de que si yo me planteaba tantísimas cosas, seguro que alguien debía hacerlo diferente en algún otro lugar.
Buscando buscando conocí Paideia. En aquel entonces tampoco era tan sencillo encontrar como ahora.
Este proyecto fue un suspiro en mi vida. Me convencí de que efectivamente las cosas podían ser diferentes. 
En aquel momento nadie de mi entorno hablaba de educación emocional, respetuosa o alternativa. Me decían las voces externas que cuántos pájaros habitaban mi cabeza. 
Sin ninguna experiencia previa más que el impulso de mi corazón (desde esa conexión con lo que había sido mi historia y la empatía hacia los niños y niñas), sentí el empuje de salir a buscar modelos educativos diferentes. Algo me decía que si yo lo estaba buscando alguien más también y seguro que en algún lugar más estaría sucediendo aquello que buscaba.
Quería conocer proyectos educativos diferentes.
México siempre estuvo ahí. (Era uno de los 3 países que siempre colocaba en los juegos de niña de escoger edad para casarte, tener hijos y país de viaje 🤣)

Me quedó un pendiente con este país cuando un año antes (en 2006) lo visité durante un mes de verano con una de mis hermanas de alma, Ester.
Así que en 2007 decidí dejar mi trabajo en la escuela para emprender un viaje. Salí de España con un vuelo abierto para un año sin fecha de regreso.
Allí conocí en 2008 "Mahatma Gandhi. Pingüinos de la Asociación Civil Yirtrak". 

¿Imagináis a quién avisé enseguida de lo que había encontrado? Sí, a Ester. Éramos compañeras desde la universidad y sabía que le encantaría el proyecto, así que compartimos experiencias maravillosas junto con otras compañeras y compañeros con los que sigo conservando lindos recuerdos.
Estuve vinculada al proyecto hasta 2014. Entre 2008 y 2014 me tropecé y caí muchas veces con mis creencias personales y educativas. Aún lo sigo haciendo porque se trata de evolucionar, crecer y seguir aprendiendo... 
Entre 2008 y 2014 hicimos como equipo educativo formaciones para encontrarnos con nuestras sombras. Nos caímos también como equipo y aprendimos a levantarnos al unísono. Éramos una sola célula.
Conseguimos girar para trascender. Y así, a partir del 2012 fue como descubrimos dónde deseábamos estar cada quien.
En 2010 en un inciso en el que estuve en España comencé una gira de talleres enfocados en mostrar la forma en la que trabajábamos, una forma de educación respetuosa y sostenible con nosotros como equipo, con el alumnado, sus familias y con el entorno que nos acoge.

En 2010 todavía no había muchas formaciones conocidas centradas en este enfoque. 
El taller estaba siendo muy gratificante, había un interés elevado y ello aumentaba mi convencimiento que otra educación era posible. Nombre que empecé a usar y que decidí cambiarlo años más tarde por el actual cuando las modas se apropiaron de muchos aspectos.

Apenas me estaba promocionando y me estaban llamando de diferentes puntos del país para recibir formaciones, incluso desde la Universidad. Todo ello me indicaba que probablemente era necesaria su difusión. Mis ganas por compartir y expandir se multiplicaron al ver las respuestas. Pensé que se estaba preparada como sociedad para ese salto en la comunidad educativa.

Recuerdo que feliz de descubrir los posibles cambios educativos que se avecinaban decidí aportar mi granito de arena en mi localidad, Segorbe.
Fui contenta a la única escuela pública que tiene.
No lo salí tanto después de mí plática con quien era director de la escuela por aquel entonces. "Esto que me estás contando de inteligencia emocional e inteligencias múltiples es muy bonito pero no nos interesa. No creo que funcione. Lo que interesa son las nuevas tecnologías"

Ahora, en España y otros países ha pasado tanto tiempo que incluso ya van dejando de estar de moda las inteligencias múltiples e incluso la inteligencia emocional, porque claro, tristemente se trata de modas y ahora lo que tiene auge es el material sensorial y gastarse mucho dinero en conseguirlo. (Si os interesa abaratar costes me preguntáis y os comento cómo lo hago).

Poco tiempo ha pasado entre que empezó a hacerse eco en España de la inteligencia emocional y el hecho de que casi haya pasado de moda porque supuestamente ya todos y todas estamos formadas.
Aunque se siguen aplicando en las escuelas como asignaturas aisladas o a través de cuentos que hablan de emociones. Se sigue creyendo que la inteligencia emocional es algo a aplicar en el alumnado habiendo reducido las emociones a una herramienta más de aula. Lo mismo para las inteligencias múltiples que pasaron a ser en muchas escuelas el nombre con el que acuñaron a hacer diferentes actividades.
Y yo me sigo preguntando: ¿Qué estaremos haciendo mal que sigue sin funcionar?



Pues no sé si será exactamente lo que voy a decir pero creo que puede ir por ahí, a menos desde mi parecer: 
Creo que seguimos enfocadas en materiales, actividades, cuentos... y demás herramientas para aplicar en el aula. Todavía no nos hemos dado cuenta que se trata en una gran parte, del cómo presentar el material, incluso del cómo no presentarlo. Se trata de cómo hacemos llegar el material al alumnado, la calma, la experimentación, no tanto se trata del material. Se ha de crear un equilibrio. Somos de extremos... De la no innovación, a la innovación constante sin darnos cuenta que la innovación acelerada se está convirtiendo también en rutina. Sea como sea se escuchan más a las modas que al alumnado. Estamos volviendo a cometer ese error una y otra vez, para escucharnos solamente a nosotros mismos como adultas.

Ahora las redes sociales bombardean con educación alternativa. Bueno, algunas no tan alternativas porque fueron maestros de lo que se llama la vieja escuela como María Montessori y otras aunque no tan viejas, ya eran practicadas por algunas maestras durante la República. Sin embargo, ahora todo ha de ser método Waldorf, Emmi Pickler, Reggio Emilia... porque sino, será que no lo estás haciendo bien ni como docente incluso como madre.

¿Seguro? 

Creo que no. Otro día podremos fundamentar al respecto si os interesa el tema.
Familias y docentes enfocados en modelos educativos determinados. Algunos centros vendiendo una educación en valores como empatía y solidaridad mientras atacan (con valores totalmente opuestos a los promovidos) a otras escuelas que emergen porque desean "más mercado laboral" sí mercado. Así se ven los niños y niñas como producto. 
Los centros infantiles compitiendo con sus fotos y proyectos en las redes y repiten y repiten lo que sucede en otras.
Algunas desde el convencimiento del para qué se hace, otras sin replanteárselo ni estudiarlo y simplemente repiten porque está de moda y si no lo hacen saben que perderán "clientes" (Clientes, sí, tristemente es así el lugar que ocupan las familias en muchas de las escuelas).

¡Qué tristes las modas! 

Hoy, como madre me gustaría decirle al oído de cada docente, de cada madre y de cada padre con niños y niñas en edades de 0 a 6 que sí, que los materiales y métodos educativos son muy importantes pero el camino es el de regreso.

Podremos llenar aulas con materiales novedosos, respetuosos con el medio ambiente y les digo de nuevo que el camino es el de regreso.

He visto comunidades indígenas sin materiales de los que usamos, sin formaciones académicas, ni asistencias a congresos con más sensibilidad que muchas de las escuelas que promueven una educación que después en el aula y de puertas para adentro no se lleva a cabo. Y es que es imposible integrar con la calidad suficiente todas las transformaciones que las modas conllevan. Todo eso no se ve en un post o en una historia.

Las familias cada vez más confusas en el momento de escoger una buena escuela para sus hijos e hijas. No me extraña que ante las modas rápidas y cambiantes sientan la incertidumbre en la elección.

El camino es el de regreso.

El camino no solamente es el mejor material Montessori o Waldorf.
El camino no es el juguete en sí.
El camino no es el libro que hable de las emociones y llenar el aula de emocionarios, así a lo grande, sin reflexionar. Solamente porque se ha oído que el cuento es maravilloso, gusta y es lo que todas hacen.

Permíteme que me exprese abiertamente y con amor:
El camino eres tú.
El camino está en regresar a ti.
El camino está adentro no afuera.
El camino pasa por vaciarte y no por llenarte de formaciones de las que algunas jamás pondrás en práctica.
El camino empieza en ti, y para ello vas  tener que desnudarte de creencias, de modas, de acciones rutinarias, vas a necesitar caerte. Sí. Caerte. Vas a necesitar transformarte y tantas otras cosas...
El camino es que experimentes en tí. 

Pienso que jamás se podrá ofrecer una educación basada en inteligencia emocional si tú no eres ese cambio y el cambio no lo has de mostrar en las redes, el cambio lo mostrarás cuando estés delante de esa persona más pequeña.
Tú eres la pieza clave, no el material que lleves entre manos. Eres la ida y el regreso. Eres la guía que acompaña. 
Puedes presentar un material de madera ecológica de no sé cuántos euros y puedes acompañar a oler árboles y tocar troncos y aún así no será la actividad sino tú. Tu forma de llevarles.
No eres las actividades que realizas, eres la persona que las presenta, que guía con sus manos, su voz y sobre todo su silencio. Ese que a veces tanto nos cuesta a las personas adultas.
Eres la persona que acompaña a un niño que no quiere salir a jugar cuando les dicen que jueguen, y la guía que acompaña a una niña que quiere seguir llenándose de tierra los bolsillos mientras todos entran de nuevo al aula. Eres la guía y la emoción constante. Su velero.


Pero preferimos educar en la emoción y no hablar de emociones. Preferimos no mojarnos, preferimos no ensuciarnos con y de ellas. Preferimos no jugarlas no sea que me vayan a tocar la tecla y me vaya a sensibilizar o al contrario, que me hagan  estallar. ¿Y si me rechazan si estallo? Demasiados miedos inconscientes impregnados en nuestra memoria.

Preferimos mejor que me den herramientas para yo aplicar al aula, mejor si es sencillo y rápido.

Llevo desde el 2010 facilitando formaciones con docentes y familias.
Las familias por lo general se suelen abrir a la transformación. Desean poder acompañar con acciones y frases conscientes y respetuosas tanto hacia sus momentos personales como hacía los momentos de sus hijos e hijas.

El equipo docente en su mayoría intenta escabullirse. Claro. Hay mucho en juego dentro de un claustro. Las barreras y armaduras salen para seguir alimentando los personajes que se ha creado cada quien. Entonces una gran parte del equipo docente dice: 
-Es que lo que yo quería eran herramientas para aplicar al aula.

Ahora, cuando facilito un taller con docentes suelo comentar desde el primer momento:
En este taller no voy a facilitar herramientas para el aula. Vamos a vivirlas, vamos a pasar por ellas, vamos a jugarlas, a experimentarlas. Pienso que de otra manera, que no sea la de pasar por el proceso, será complejo comprender al alumnado.

¡Cuánto sin sentido cuando no se quiere ir de regreso al interior pero se pretende que el alumno y alumna se exprese y sí se adentre!
¡Cuánto sin sentido cuando creemos que les estamos enseñando a identificar emociones sin ni siquiera conocer las nuestras!
¡Cuánto sin sentido cuando digo que trabajo la educación emocional pero no la pongo en práctica de manera constante en mi forma de dirigirme al alumnado o de interactuar con él!

¡Cuanto sin sentido cuando digo que amo la educación y a los niños, más sin embargo, pongo trabas para que la educación que es un derecho, sea pública!

Y mientras tanto, sigamos asistiendo a congresos de educación emocional para repetir actividades sin tener en cuenta el estado emocional del alumnado.
Sigamos apropiándonos de frases de expertos sin nombrarlos o sigamos repitiendo sin haberlo puesto en práctica en nosotras y nosotros mismos.
No, en las redes no todo vale. El plagio es un delito. Cita, menciona. Visibiliza el trabajo y la experiencia de las demás.

Y ahora vamos a darle otra vuelta. El camino es de regreso y para regresar hay que salir primero hacia afuera. Quizás algún día comprendamos que lo importante es regresar al centro, al equilibrio.
Quizás algún día comprendamos que no es solamente el material, ni el método. Ni la repetición sin reflexión.  Sino la forma de tratar a otro ser que, aunque más pequeño, no está para nada vacío.

Regresa
Regresa
Regresa

Y como todo lo que escribo, esto es sólo una opinión, no pretendo que sea la verdad absoluta. 
No te creas nada de lo que digo. Experimenta, investiga, reflexiona. 

Eso sí. Si te sientes despistada, aturdida y deseas apoyo en el momento de buscar una escuela para tus hijos e hijas. Con gusto te acompaño a encontrar lo que deseas.

martes, 8 de junio de 2021

El doctorado. 2. La dirección en la tesis

Siguiendo el hilo de la entrada anterior (Doctorado 1.) seguiré compartiendo aspectos que han sido imprescindibles en estos años de mi vida centrados en el doctorado.

En la primera parte hablé de retos personales.

Ahora me gustaría transmitirte que la elección de una buena dirección en la tesis no es que sea necesaria, es que será fundamental. 

En mi caso con "buena dirección" me refiero a una persona que no solamente sea experta en determinado campo de estudio. 

Sino que, por encima de ello sea una persona cercana, dispuesta a apoyar, que inspire complicidad, confianza y sepa guiarte. 

En mi caso, a parte de todo esto mencionado me encontré con una humildad mucho mayor de la que podía conocer de mi directora.  Pude apreciar todavía más de cerca el gran conocimiento y experiencia que le habita y del que jamás hacía mención ni alarde. Considero que esto ha sido clave. Por un lado, por lo que he aprendido de su forma de acompañar y por el otro, en ningún momento me he sentido en grado de inferioridad en el momento de posicionarme ante una persona mucho más experta que yo en educación intercultural inclusiva y otros muchos aspectos. 

Mi relación con ella ha sido especial. No habría podido ser de otra manera. Ya nos conocíamos desde la universidad, ella fue una de mis profesoras de psicopedagogía durante los cursos 2003-2005.

Desde entonces mantuvimos cierto contacto durante mi estancia en México y nos vimos en algunas de mis visitas esporádicas a España.

Cercana, disponible, consejera, paciente, amiga, psicóloga en momentos de derrumbe, guía. Siempre ha intentado buscar las formas diferentes para que yo pudiera entender y avanzar. 

La relación de confianza que se ha ido gestando ha sido pieza clave. Ha sido imprescindible una comunicación totalmente cercana y honesta para comprender nuestros ritmos y tiempos y así respetarnos (yo en mis procesos y los suyos. Ella en los suyos y los míos)

Atreverme a pedir, atreverme a recibir y atreverme a dar. Procesos que se han ido dando no solamente con ella, sino con el MEICRI, equipo de investigación del que me animó a formar parte durante mis dos primeros años de estudios de doctorado y con el que espero colaborar y seguir aprendiendo cuando este proceso finalice.

Una vez más gracias Auxi por guiarme, por sostenerme de la mano y empujarme al vacío cuando lo has creído conveniente. Infinitamente agradecida por estos 7 años que se suman de aprendizaje a tu lado, todo lo que me has aportado y lo que me falta por aprender de ti.



Si estás pensando en realizar un doctorado ¿Quién deseas que te acompañe en este proceso? 

Escoge muy bien a quien será tu compañía y guía experta porque será tu aliento en los días y las noches de declive y oscuridad.

lunes, 31 de mayo de 2021

El doctorado. 1. Todo un reto personal

Como comenté en alguna ocasión, comencé en 2015 un curso de doctorado. Ello me ha llevado a dejar de lado este blog durante un largo periodo de tiempo. Pasé de escribir una entrada al mes a hacerlo esporádicamente, después paulatinamente fui dejando de publicar, incluso de escribir para mi misma. Comencé a escribir solamente el informe de Tesis Doctoral. 

Mi inmersión en este doctorado ha sido cada vez mayor y conforme invertía mi tiempo y mi ser en esta formación en investigación fui dejando el blog casi inmóvil.


Al doctorado se fueron sumando situaciones más complejas. Lo que pretendía realizar en 3 años (porque 5 me parecían demasiado) terminaron siendo 7. 

No ha sido un proceso sencillo, nada especial, imagino que lo que vivirán todas las personas que se introducen en un doctorado, sobre todo cuando tu edad es un poco más avanzada y por esa razón tus derechos a pedir una beca ya finalizaron hace años.

Solamente las personas cercanas a mí han comprendido parte de esta vivencia. Mi vida se ha volcado por completo en ello (confinándome durante más tiempo que el covid, ha sido en muchos momentos desgastante). Me gustaría rescatar algunos aspectos personales respecto a mi vivencia con el doctorado. ¡Quién sabe! A lo mejor a alguien se sirve de apoyo.

Para no hacerlo extenso lo comentaré en varias entradas. En esta ocasión me centraré en esta: "El doctorado, todo un reto personal para mí".

Antes de continuar me gustaría por un lado, agradecer a todas las personas que he conocido gracias a estos años de estudio y a todas las que han estado cerca de esta vivencia apoyándome de una u otra manera y haciendo posible que siguiera adelante, han sido muchísimas.

Por otro lado, espero que esta experiencia no condicionara tu decisión de hacer o no un doctorado si es que te lo estás planteando. Los momentos personales y situaciones que vive cada quien son muy diversos. Lo que aquí comparto es simplemente parte de mi experiencia y puede ser muy diferente a la tuya.

Me siento feliz de haber llegado casi al final, digo casi porque todavía falta superar el día del examen en el que tendré que defender mi tesis doctoral y queda menos de un mes de intenso trabajo para prepararlo.

Sin saber lo que realmente suponía un doctorado a nivel de trabajo quise embarcarme en dicha aventura. Por un lado, para superar mis propias barreras y límites ya que considero que aunque me haya gustado, siempre me ha costado muchísimo estudiar. He tenido que dedicarle muchas más otras que cualquier otra persona. Por otro lado, porque pretendía realizar la investigación de un tema que me motivaba de manera exponencial desde que estaba en México.

Todo ello suponía muchos retos. 

Quizás porque desde pequeña estos retos me han impulsado a crecer o porque como me dijo una vez una amiga, Nieves: en tu carta astral aparece un impulso a realizar cosas grandes. Este "cosas grandes" lo entiendo como retos que me suponen un aprendizaje mayor como por ejemplo, cuando emprendí el viaje a México y decidí a la semana realizarlo sola. Yo, que no me atrevía con 24 años a ir sola al pub de mi pueblo si no era sabiendo con certeza que estarían allí mis amigas. 

Lo mismo pienso que me pasó con el doctorado. Deseaba con todas mis fuerzas visibilizar a la pedagogía sistémica desde un lado académico en el que pudiera darle un lugar al lado de la escuela inclusiva siendo conocedora de las posibles críticas que pudieran emerger debido a diversas interpretaciones de la misma. 

Escoger un tema como el de la pedagogía sistémica para mi doctorado fue sencillo, sabía lo que deseaba con todas mis fuerzas, sin embargo llevarlo a cabo no ha sido una tarea fácil. Todavía es una temática cargada de prejuicios en algunos campos y desconocida para otros. Quise apostar con todas mis fuerzas por esta pedagogía porque desde que decidí realizar la formación en México pude contemplar de cerca las transformaciones que podían desencadenarse. Quise enfocarme de lleno en ella desde un amor infinito y con confianza y ahora que ya por fin puedo ver la tesis impresa a mi lado me resulta increíble haberle dedicado tantos años de mi vida. Digo tantos porque 7 me siguen pareciendo demasiados. 

Todo ello me ha llevado al aprendizaje y también al desgaste. En varios momentos del proceso me he sentido abatida, con ganas de abandonar. Entre otras cosas, aparecían los monstruos en mi cabeza para recordarme que llevo un ritmo diferente al de las demás personas, que me cuesta entender lo que leo y necesito más tiempo. Ser consciente, cada vez más de que tengo que revisar el orden de las frases y las palabras que escribo porque lo que percibo a veces no es lo que realmente está escrito, porque en mi cabeza hay lugar para palabras incluso frases pero que por el funcionamiento de mi cerebro pienso que lo escribo y no escribo. Ser consciente que necesito muchas más horas que otras personas tanto para leer y entender como para expresar lo que realmente deseo. 

Me hubiera encantado que docentes que me enseñaron, sin la necesidad de que me hubieran colocado una etiqueta, me hubieran acompañado a descubrir lo que me pasa. ¡Cuánto me hubiera ayudado en mis estudios haber entendido el funcionamiento de mi cerebro! Se que a más personas les sucede y dejan de confiar porque alguien colocó una etiqueta demasiado pronto. Yo siempre he cargado con la de demasiado lenta y con la frase: no hace más porque no quiere. Sin embargo, hubiera agradecido que alguien me hubiera explicado por qué a mí me costaba mucho más que al resto. Hubiera agradecido que me hubieran facilitado diferentes técnicas de estudio. Sin embargo, también agradezco y muchísimo, que todo haya sucedido tal cual ha sido porque ¿y si de haberme puesto una etiqueta se me hubiera frenado el aprendizaje?

Ahora entiendo que tenía que ser así, y está bien, lo tenía que descubrir por mí misma. Y no ha sido hasta haciendo el doctorado que me he sabido respetar en mi forma de estudiar y de entender ciertas consignas. Me he reafirmado lo que me sucede. Ya no creo que soy lenta, sino que llevo un ritmo diferente. Escuchar y conocer mis tiempos me ha ayudado a tomar ciertas decisiones durante mi investigación. Entender que tengo una dificultad en la atención que me hace entre otras cosas desviarme de la lectura y escritura, y dificultad en entender consignas me ha llevado a realizar esfuerzos y a enfocarme en otra forma de trabajar diferente y determinada que es con la que me siento cómoda. 

Me ha ido llevando a desarrollar otras habilidades para mi trabajo que se centran más en lo que no se dice y en el movimiento del cuerpo. Por ello en mi consulta no se necesita que la persona hable y me cuente, a veces les digo que no necesito tanta información porque la información que realmente necesito puedo captarla de otra forma, lo que tengo dificultad para percibir desde un campo, tengo una sensibilidad desarrollada para percibirla de otro lado. Puedo darme cuenta de ciertos aspectos. No es ningún don de sensibilidad. Es simplemente una capacidad diferente desarrollada que explica aspectos de mi vida. También hay una etiqueta que la llama PAS. Yo prefiero no llamarlo de ninguna manera porque se que también podría colocarme otras etiquetas que en lugar de ayudarme me limitarían.

Mi manera de entender ciertas cosas es diferente. Por eso me cuesta entender bromas e incluso chistes, incluso a veces tengo que cerciorarme constantemente con un: "A ver si te he entendido. ¿Lo que estás queriendo decir es ...?" 

Probablemente el día de la defensa mi tesis tenga que pedirle al tribunal si por favor me puede formular alguna de las preguntas de forma diferente.

Aun con todo ello y como psicopedagoga también me gustaría transmitirte que no confío en etiquetas en el alumnado más sí en la búsqueda de soluciones diferentes a lo que sucede. Quizás una etiqueta puede ayudar buscar soluciones. Pero también la ausencia de la misma etiqueta también debería de buscar soluciones diferentes para cada alumno y alumna. Finalmente cada quien lleva su ritmo. Conseguir una atención individualizada real implica buscar herramientas diferentes. Lo que realmente sucede es la búsqueda, casi enfermiza, de etiquetas. Porque así, las etiquetas atraen apoyos al aula.

Desear realizar un doctorado es un trabajo intenso, los ritmos de la universidad son diseñados para todos por igual. Sin embargo, confía en ti. Si te escuchas en tus ritmos y te conoces tendrás una gran ventaja para tomar decisiones que te hagan sentir cómoda. Siempre podrás descubrir algo nuevo sobre tí. Cree siempre en tus posibilidades.


miércoles, 19 de mayo de 2021

Momentos de juego

Los niños y niñas necesitan conocer el mundo a través de sus propios sentidos, sobre todo en la primera infancia ya que es la manera en la que perciben y conocen su entorno. No necesitan que les enseñemos a jugar, mucho menos indicarles cómo tienen que moverse sus muñecos durante el juego simbólico.

A menudo se les roba la oportunidad de que aprendan por sí mismos, por sí mismas. De esta manera se les priva de que se alegren por sus propios descubrimientos.

Hoy vi de cerca cómo la persona adulta con sed de sentirse necesaria por alguna razón interna, no solamente juega dirigiendo absolutamente todo el juego sin dejar lugar a la niña, sino que escoge los juguetes con los que va a jugar mientras los saca de la caja, y monta y sitúa cada uno de los muñecos en un lugar concreto. Desvela cómo se mueven y cómo se abren las puertas del castillo. Yo observo cómo lo que sucede es justo lo contrario, se están cerrando las puertas de la experimentación, de la imaginación y mi hija mira todo lo que sucede pasivamente. Lleva 5 minutos observando lo que hacen sin poder jugar. Probablemente ella tenga ganas de desmontarlo todo porque es su forma natural de jugar en esta edad y es lo que intenta hacer mientras le desvían una vez más de su propio interés. No se le escucha. 

Las personas adultas están felizmente jugando, probablemente sin darse cuenta que solamente se escuchan a ellas mismas.

¡Así también aprende! dice una voz. Decido entrar en silencio en ese instante por diferentes motivos. Respiro mientras pienso: Así lo que aprende es cómo juegas tú, no descubre su propio juego. 

Estoy feliz, agradecida a la vida de poder estar contigo durante todas las horas posibles. Mañana, volveremos a la tierra con tus juguetes de madera y con las algarrobas, piñas, palos y piedras que mordisqueas sin que te digamos: "a la boca no"o "caca". Juego sin dirección. Mañana jugarás tú y yo te acompañaré en tu juego, sin directrices. Y si  lo que encuentras es una colilla, basura u otro material similar ahí si te guiaré para  mostrar la diferencia. Mañana será como todas las mañanas tu juego no dirigido y como cada mañana, yo te ofreceré un espacio, objetos y tú experimentarás sin que yo te diga cómo debes hacerlo.

Y como todo lo que escribo, esto sólo es una forma de hacer, no pretendo indicar que sea lo correcto. Como digo siempre: cada madre, cada padre, saben qué es lo mejor para sus crías.

¿ Y tú? ¿Encontraste limitaciones cuando jugabas en tu infancia?