lunes, 12 de septiembre de 2022

Madre gestante

Estamos tan habituadas a ver mujeres gestantes en nuestro día a día que olvidamos todo lo que está sucediendo dentro de sus cuerpos.

Un Universo se está creando. Sangre, huesos, músculos, tendones, órganos, uñas, pelo, piel...

El cuerpo de la madre se transforma por completo por dentro y por fuera. 

El cuidado y sostén hacia la mujer embarazada debería ser un derecho.

El entorno familiar, sobre todo próximo, debiera ser también responsable del bienestar de la madre.

Desde años que me maravillo cada vez que me encuentro con una mujer embarazada. Me pregunto todo lo que estará girando a su alrededor, cómo se sentirá, si estará siendo acompañada, qué miedos tendrá, si tendrá sostén de otras personas, si tendrá cuidados físicos y emocionales en su entorno... 


Hagamos sostén. Recuerda, un Universo se está creando.


¿Qué entendemos por cuidado y bienestar? 
Aquello que para esa madre gestante sea cuidado y bienestar. 

No lo que tú entiendas como persona que acompaña. No lo que el resto suponga, no lo que el resto crea o interprete como ayuda. AYUDA solamente será aquella que se base en lo que la madre necesite y no en lo que tú crees que necesita.

Si quieres el cuidado y bienestar de la madre gestante y bebé: escucha a la madre. Pregunta qué necesita. Atiende sus peticiones sin invadir su espacio y su momento.

Se está dando una gran transformación.


Existe mucha información acerca del autocuidado en el embarazo, aspecto fundamental. 
Sin embargo, ya que hay una masificación de información al respecto, en esta ocasión he deseado hacer hincapié en todo aquello que envuelve y afecta al estado emocional y físico tanto de la madre como del bebé. En el cuidado y sostén que debiera recibir cada madre por parte del entorno.

Mi embarazo no fue sencillo en ciertos aspectos comentados. No me sentí acompañada en muchos momentos. Llegué a sentir la soledad, la incomprensión por parte del entorno, el descuido, la invasión, la asfixia, el abandono. Y encontré mi fuerza para dedicarme y enfocarme en mi embarazo de la forma que deseaba hacerlo. Encontré la manera de rodearme de personas que me aportaban paz, comprensión y amor en momentos que necesitaba. Por ello, deseo apoyar desde aquí a otras madres que estén pudiendo atravesar una situación similar.

A veces tendemos a distorsionar nuestros momentos. Decimos tantas veces de forma automatizada "todo va bien" que no nos detenemos a reflexionar si realmente está siendo así. 
A mí me sirvió reconocer las situaciones que me provocaban daño, enfado y estrés.
Me sirvió serme fiel y dar continuidad en mi embarazo a una alimentación que considero saludable desde 2009 libre de carnes, a pesar de la presión vivida por algunas personas que curiosamente no eran las matronas. Ellas apoyaron mi decisión. (Mi hija nació completamente sana)

Me sirvió detenerme y atender mis emociones. Sé que si las hubiera ocultado, disfrazado o evitado arrinconándolas en mi interior, habría provocado algún malestar mayor.

Una madre ya sabe que si sufre estrés va a afectar al bebé, no hace falta que se lo recuerdes.
En lugar de decirle este tipo de frases que vuelcan de manera exclusiva, la responsabilidad en la madre, escúchala y ayúdale a promover un entorno donde se sienta segura y en calma.

Si conoces a alguien que le pueda servir esta información, por favor, comparte.

Recuerda: es tu embarazo. Solo tú puedes decidir cómo deseas vivirlo en tu mayor bienestar y en el de tu bebé. Hay muchas maneras de hacerlo. Nadie tiene derecho a decidir por ti.

Gracias mamá y papá por haberme sostenido en buenos y malos momentos. 
Gracias mi querida Luci por haberme acompañado durante todo el proceso y haber sido sostén en los momentos más duros.
Gracias Miriam por tus clases de yoga que alimentaron mi cuerpo y alma.
Gracias Carolina por sostenerme como matrona cuando los apoyos me faltaban.
Gracias hermanita por estar lo más presente posible aún con la distancia que nos separa.
Gracias a mi querida amiga y partera Ceiba @uteroamor por el acompañamiento y ayudarme a sanar lo necesario.
Gracias "J" por recordarme, sin tú saberlo, la fuerza que me habita.
Gracias hija por elegirme como tu mamá.