jueves, 6 de abril de 2017

Origen: Amanacer; Destino: Hoy

Hoy, como otros días, subí al punto más alto de mi pueblo para ver amanecer y danzar mi cuerpo con él.

Hoy les dejo registradas sensaciones mientras mi cuerpo se movía con el viento, no es lo mismo porque aquí entre líneas no hay olores, ni viento, ni Sol, ni árboles... pero es una forma de compartir un viaje. Mi viaje en el comienzo del día de hoy:


"Me gusta esta sensación, me siento muy agradecida de estar aquí-ahora.

Agradecida de todo lo vivido, agradecida de mi partida y de mi regreso. Volver a pisar esta tierra. Ver de nuevo los mismos árboles que veía de niña. Paisajes quemados y no quemados. Rápidos recuerdos que pasan en mi mente, unos tras otro, infinitos...

Me quedo fijamente mirando el amanecer, una nube me trae hoy un amanecer diferente.
Me quedo ahi, mirando. Embaucada.

Y siguiendo mi danza, hay algo que me hace girar. Cuando volteo veo una gran cantidad de nubes que se acercan del otro lado también diferentes. A veces nos quedamos embaucados con un hecho de nuestra vida, contemplando un mismo acto y no nos damos cuenta de lo que ocurre del otro lado que es también maravilloso. Hoy las nubes tienen una forma especial, vuelan bajas, hacen líneas. Maravilla de sistema.

Se expande el infinito como si hoy estuvieramos más cerca del cielo, como si la tierra nos elevase hacia él.

Me siento agradecida, hoy me encuentro dos amaneceres, uno tras la montaña y otro tras las nubes. Nuestra vida, a un ritmo tan frenético que no observamos estos pequeños detalles que nos rodean.

Mirar alrededor. Ver una rama, observar cómo se balancea y cómo si la escuchas habla, trae un sonido, movimiento que se convierte en melodía.
Pájaros que acompañan.
Silencio.
Carretera de fondo con camiones y coches que van y vienen, con origen, con destino.

Y aquí, ahora mismo, sola con toda esta grandiosidad que me rodea, que nos une.

Mi cuerpo en movimiento me recuerda que estoy viva. Sonrío y me río de mi misma. Me divierto sin más.

Y sonrío y me río.

Hoy me costó levantarme de la cama, todavía de noche, pensé en quedarme en ese lugar recogido, calentito, protegido, pero ya sabía que cuando subo aquí, cuando contemplo el paisjae todo se pasa. Ya sabía que me iba a gustar.

A veces no deseamos hacer algo porque estamos más cómodas del otro lado pero podemos jugar con ese objetivo cercano que sabemos que nos va a gustar y nos va a ayudar a sacarnos de esas zona, de esa pereza, de esa rutina.

¿Me gustaría tanto transmitir lo que ahora siento?
Este milagro, cuando te detienes, simplemente estás, consciente, el sonido, la vista, tacto...  ¡Incluso puedo acariciar el viento! Acaricio, toco, hago de mi cuerpo un poema que me cuenta, que me transmite.

Y el Sol sigue su curso, las nubes siguen su curso. Nada se detiene. Todo fluye, pero has de salir a buscarlo. Has de salir al encuentro, aunque el encuentro sea detenerte.

Aunque el encuentro sea detenerte.

Respiro profundo.

Maravillosa vida.

Veo un pequeño fuego por el mismo lugar de donde sale el sol, veo agua a mi derecha, veo tierra y me imagino al viento cuando mueve la rama. Miro a mi alrededor. Rodeada de elementos y respiro vida.

Gracias vida."

Estas sensaciones que forman parte de mi son las que llevo en mi mochila a las escuelas, a los claustros, a las familias, al alumnado. Este acercamiento sigiloso a la vida, a detenernos, a entretenernos y ahí es donde el curriculum pedagógico sucede.