miércoles, 19 de marzo de 2025

Montaña

Siempre que subo a la montaña me doy cuenta de lo insignificante que soy/somos para el mundo. Podríamos desaparecer en cualquier instante y todo seguiría su curso. Nada se detiene. 

En la cima me recuerdo que me tengo a mí y agradezco por mis piernas, por mis pies, por la libertad e independencia que me ofrecen, agradezco por mi salud y la posibilidad de llegar a lo alto.

Me recuerdo que soy la guardiana de mi ser, cuidadora de mi cuerpo y templo, encargada de amarme, respetarme y también de cuidar aquello que me rodea.

Querida Vida, aún con errores seré esa guía de camino en tus primeros años.

Me caeré, me rasguñaré, me levantaré y curaré mis heridas. 

Seguiré subiendo montañas, esquivando piedras. 

Seré más yo para que tú puedas ser más tú. 



Seguiré respirando cielo para regalarte libertad con responsabilidad. 

Seguiré trepando para ofrecerte confianza.

Seguiré amando la naturaleza para compartirte de la misma vitamina. 

Seguiré agradeciendo para mostrarte lo minúsculo e invisible. 

Seguiré caminando para mostrarte la libertad de detenerse. 

Seguiré respirando bosque para regalarte silencios de presencia.

Por más montañas, por más senderos.

Seguiré viviendo para verte, para vernos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario