domingo, 13 de marzo de 2022

Momento presente

Infinitamente agradecida. Recibiendo a través de lo que doy. Recibiendo fuerza para estos tiempos en los que vivimos. Recibiendo la paz que necesito ante las turbulencias.

Desde la pandemia había dejado las formaciones en gran grupo. Durante este tiempo solamente he atendido a personas a nivel individual o grupos de confianza muy reducidos.

El pasado domingo estuvimos en este bello espacio. No puedo decir que estuve trabajando porque esta palabra todavía seguiría reduciendo lo que siento desde las entrañas. Digamos que disfruté y a cambio recibí mucho más que una aportación económica. Recibí cariño, aprendizaje, abrazos, reencuentros, calma, confianza y agradecimiento.

Quienes me conocen saben lo que amo mi profesión y cada vez que termino mi quehacer y recibo gratitud me invade la satisfacción de saber que de momento estoy en el camino. Sí, aquí es, me digo. 

El pasado encuentro de Constelaciones familiares surgió a raíz de la petición de una persona, fue ahí cuando sentí el impulso de volver a crear grupo.

La sala se llama Sat Kara y está en Benissanó (Valencia), es un espacio muy significativo porque pertenece a una amiga de corazón. No solo representa mucho para ella. Esta sala significa mucho para mí a través de lo que me ha mostrado su ser en todos estos años que la conozco y seguimos compartiendo. 



Esta sala ha sido su impulso, su búsqueda personal, su persecución de sueños, sus límites, sus retiradas, su desapego, sus inercias, su crecimiento y también sus tristezas y alegrías hasta que la ha parido. Esta sala es motivación, inercia. Muchos años compartidos en distancia y cercanía.

A Laura la conocí en abril de 2011. Asistió a uno de los cursos que facilité acerca de la educación holistica y cómo acompañar en la infancia de una manera respetuosa a través de nuestra transformación. Desde entonces seguimos caminando muy de cerca y hemos compartido mucho camino de alegrías y duelos.

Me siento infinitamente agradecida de regresar al grupo de la mano de este espacio. Gracias a los 12 sistemas que hicieron posible el encuentro. Un grupo de personas, algunas conocidas, otras desconocidas. Mirando heridas, liberando memorias, transformando miradas, sanando desde el alma.

Qué bello poder acompañar este trabajo que es lo que más me mantiene en el aquí y ahora inmediato, atenta a cada percepción, a cada mensaje, a cada movimiento, a cada suspiro, a cada mirada. Entregada con mi cuerpo y alma a hacer una de las cosas que más amo en esta vida. Ponerme al servicio y recibir.

Gracias infinitas a cada una de las personas que asistieron, a sus sistemas, y como no, a ti y a este espacio que nos acogió con tu presencia.

Este es mi camino, acompañar a otras personas.  De momento es donde deseo y dónde sé que puedo aportar al mundo. Ofreciendo lo que se hacer y lo que me gusta. Recibiendo.❤️

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